En términos sencillos podemos definir a la nutrición deportiva como el estudio de la alimentación que requiere cada deportista para mejorar su composición corporal, su rendimiento físico y lograr una mejor recuperación post entrenamiento o competencia. Esta alimentación puede beneficiar a cualquier deportista ya sea de forma competitiva o no competitiva, incluso para personas que solo desean mejorar su salud al reducir niveles de grasa o aumentar masa muscular con un estilo de vida que incluya a la actividad física.
Muchas veces hay confusiones con respecto a la alimentación y esto sucede cuando no le damos el contexto adecuado a cada tipo de objetivo nutricional; rendimiento, salud, y estética, por ejemplo; si un deportista de competencia desea mejorar su rendimiento, es probable que deba consumir mayor cantidad de azúcares refinados como fuente de energía
rápida para el momento de la competencia; por el contrario, alguien que solo desee mejorar su salud o su estética (composición corporal) no lo necesita.
Por lo tanto, el trabajo de cada nutricionista deportivo es muy importante dentro del ámbito deportivo, con el fin de guíar, educar y muchas veces reeducar a las personas en estos temas.
La alimentación debe ser personalizada a cada tipo de deporte y persona, tomando en cuenta la demanda energética de cada deporte, así como los gustos y preferencias o el estilo de vida de cada deportista.
“No existen alimentos malos o buenos, existen cantidades adecuadas para cada contexto”
